Otra conflictiva salida, esta vez la de Castellano a Unión
A esta altura no es ninguna novedad. En los últimos años se ha hecho una constante el clima de conflicto ante la posible venta/cesión de algún futbolista de Ben Hur. Pasó en su momento con Ezequiel Gnemmi, Marcos Cordero, Mateo Castellano y varios más. Ante cada posibilidad de traspaso de algún jugador, la dirigencia benhurense se muestra inflexible solicitando sumas exorbitantes para permitir el pase o la venta hacia otra institución. Esta vez le toca a Joaquín Castellano, el volante que desde hace un par de semanas fue a probarse a Unión de Santa Fe y el conjunto rojiblanco le dio el visto bueno para incorporarse a la Reserva del primer equipo. El problema surge, una vez más, en el arreglo entre clubes por el pase del futbolista. Ayer, en diálogo con el programa Deportes 28 de Radio Rafaela, tanto el representante del mediocampista como el presidente Adrián Zenklusen dieron versiones contrapuestas en una disputa que comienza a tomar temperatura. Según el manager del volante, Ben Hur pidió la suma de 30 mil dólares para cerrar el traspaso a la entidad de la capital provincial. Una suma descomunal para un futbolista de Liga Rafaelina, más allá de su buen rendimiento en los circunstanciales torneos regionales. En contraposición, Zenklusen alegó desconocer al representante de Castellano y explicó que la dirigencia de Unión recibió una información errónea sobre la situación del jugador. "A Unión le vendieron otra cosa, que el jugador venía libre. Alguien faltó a la verdad o no dijo toda la verdad, alguno quiso llevarse una ventaja en el camino y eso generó todo el malentendido", acusó el máximo dirigente benhurense. Según palabras de Zenklusen, entre lunes y martes de la próxima semana, ambas dirigencias se reunirán en la capital provincial para discutir el aspecto económico de la posible transacción. A la par de esta ríspida negociación, se suma la posible cesión de otros dos juveniles al Tatengue, el delantero Tobías Seguro y el arquero Martín Dentis. Ambos ya habían reclamado la patria potestad en plena cuarentena del año pasado. Más allá de la dificultad de este caso en particular, el patrón común parece ser la intransigente postura que asume la dirigencia de la BH ante cada posible venta o cesión de jugadores (no solo de juveniles). Está claro que el club debe defender su patrimonio e intereses, negociando un resarcimiento en lo posible económico. Pero en todas las tratativas se expone una tozudez inexplicable, reclamando montos de dinero insólitos teniendo en cuenta la posición en la cual Ben Hur transita desde hace años, el torneo liguista y el paupérrimo Regional Amateur. El autoritarismo y la monolítica verticalidad es práctica habitual en el club. Desde este espacio lo hemos expresado en infinidad de oportunidades (véase el artículo "Una asamblea, muchos interrogantes"). Las situaciones, como las cesiones de futbolistas, terminan en disputas que deterioran la imagen de la institución, erosionan la relación con otros clubes, familiares y los propios deportistas. No es casualidad que la dirigencia de Ben Hur aparezca siempre en el ojo de la tormenta en cada negociación de un jugador. ¿Por qué no sucede lo mismo en otros clubes? No estamos diciendo que hay que regalar jugadores. Pero sí saber negociar con inteligencia y sensatez, estableciendo canales de comunicación cordiales con todas las partes.
FOTO: Castellanos.
No hay comentarios.