Una asamblea, muchos interrogantes
“Una verdad sin interĆ©s puede ser eclipsada por una falsedad emocionante”, sostuvo alguna vez el filosofo y escritor britĆ”nico Aldous Huxley. Acertadamente esta frase puede amoldarse a la realidad que convive con el Club Sportivo Ben Hur desde hace mĆ”s de una dĆ©cada. Porque quizĆ”s los Ć©xitos deportivos han maquillado, en mĆ”s de una oportunidad, infinidad de desprolijidades y malos manejos que no sólo han repercutido en el aspecto financiero de la institución, sino tambiĆ©n en la imagen que la entidad destila hacia el resto de la comunidad. Si bien es real que los constantes vaivenes de una economĆa como la argentina hacen mella en cualquier entidad deportiva, es igualmente cierto que muchos equipos pudieron sobrellevar estas vicisitudes y encaminar sus entidades a un puerto seguro, guiados por proyectos serios de constante orden y crecimiento. No hace falta irse muy lejos para observar esto Ćŗltimo. En contrapartida, Ben Hur arrastra, como una enfermedad crónica, infinidad de desaciertos que han derivado en el deterioro de los logros obtenidos. Semanas atrĆ”s, el diario Castellanos publicó una elocuente nota donde se resumĆa algunas de las dificultades que atraviesa el club en los Ćŗltimos tiempos y la increĆble incertidumbre que se presentaba en el futuro inmediato en la entidad. Resultaba doloroso observar la insólita lista de desatinos que la actual conducción cometió y, aĆŗn hoy, continĆŗa haciendo. Desde las demandas de ex empleados (incluyendo deudas con directores tĆ©cnicos), pasando por el alejamiento de varios futbolistas de inferiores sin la obtención de rĆ©ditos económicos, hasta la inaudita situación donde algunos jugadores del Federal “B” debieron improvisar canilleras de cartón en un cotejo definitorio de la Copa Argentina y en la cual serĆa muy fĆ”cil echarle la culpa al utilero. Duele mucho percibir que todas estas circunstancias se repiten cĆclicamente y que el esfuerzo de nuestros deportistas no se ve acompaƱado de un consecuente apoyo dirigencial. PodrĆamos agregar infinidad de ejemplos que se han reproducido constantemente durante esta gestión, del ayer y del hoy, en la cual muchos de sus miembros vienen participando desde hace mĆ”s de una veintena de aƱos. ¿O acaso alguien puede obviar la gran cantidad de “papelones” que se cometieron en los diferentes perĆodos a lo largo de estos aƱos? Parece muy lejano en el tiempo aquella renuncia masiva en septiembre de 2006, luego de las siete derrotas consecutivas en la “B” Nacional, que derivó en una acefalĆa de la institución y a la cual tuvo que hacerse cargo un grupo de ex dirigentes y deportistas encabezados por Juan Carlos Boglione. Pero al tomar las riendas del club, aquella agrupación se vio sorprendida por la descomunal deuda heredada y ocultada... Muchos jugadores que figuraban como patrimonio de la institución aunque en realidad no lo eran; sueldos atrasados de empleados; patrocinadores que huĆan; internas en las subcomisiones del fĆŗtbol y del bĆ”squet; cacerolazos por el corralito de la Mutual; caos y mĆ”s caos. A fines de aquel aƱo, entre la puja por una posible venta de Claudio Bustos a MĆ©xico para iniciar el salvataje económico de un club que ya no podĆa sostener a dos planteles profesionales (el de fĆŗtbol y el de bĆ”squet), una nueva asamblea de socios dictaminó el retorno de los que antes habĆan renunciado y figuraban como los mĆ”ximos responsables de la crisis. SĆ, leyó bien. Aquellos que habĆan pegado el portazo tres meses antes, volvĆan a tomar el timón del barco, un barco lleno de agujeros y con pocos botes salvavidas. No hubo elección ya que sólo se presentó una lista. Lo mĆ”s triste fue que en aquella reunión, como en muchas otras, sólo medio centenar de socios se acercaron para decidir el futuro del club. La mayorĆa sólo prestaba atención a los resultados del fĆŗtbol y del bĆ”squet. Los que quisieron cambiar el rumbo, con aciertos y errores, de la institución tiraron la toalla. Un aƱo y medio despuĆ©s, ya con el descenso futbolĆstico consumado y el bĆ”squet profesional herido de muerte, otra vez los mismos que venĆan guiando al club desde larga data pegaban el portazo. Entonces Juan Carlos Gramaglia, hombre del bĆ”squet y perteneciente a esa misma gestión, se hizo cargo del “muerto”. La entidad siguió piloteando entre fuertes turbulencias, con otros dos descensos mĆ”s a cuestas (el del bĆ”squet y el del fĆŗtbol al Argentino “B”), regalando la plaza del TNA; la firma de un convenio con Colón de Santa Fe que jamĆ”s evidenció progresos; la cesión de varios juveniles a otro club rafaelino que contradecĆan el pacto con los santafesinos; y una nueva y extensa lista de equivocaciones que depositaron a Ben Hur cada vez mĆ”s lejos de los primeros planos deportivos. En 2010 el actual oficialismo, el Ćŗnico oficialismo, el de ayer, el de hoy, el de siempre, volvió a tomar las riendas de la institución. El balance deportivo-económico-institucional no evidenció progresos. El club prosiguió amarrado a una cultura del “atar todo con alambres”, de improvisaciones, de encerrarse para adentro, de cada vez menos apoyo por parte de sponsors locales y forĆ”neos, de tener un equipo naufragando en la tan denostada cuarta categorĆa de ascenso sin despertar el interĆ©s de los medios de comunicación (hoy ninguna radio de la ciudad transmite los partidos de Ben Hur en el Federal “B”), de tener el bĆ”squet relegado al amateurismo con un estadio modelo usualmente semivacĆo, de facturas de servicios impagas (por ende, vestuarios sin agua caliente), reclamos salariales de los empleados... Este panorama parece inverosĆmil teniendo en cuenta que en la Ćŗltima campaƱa del Federal “B” la BH se quedó en las puertas de un ascenso. Los excelentes rendimientos que registró el fĆŗtbol benhurense, desde la llegada de Gustavo Barraza, han dejado en un segundo plano los desbarajustes dirigenciales que continuaron siendo moneda corriente en el club. Pero, al indagar un poco, terminan aflorando una vez mĆ”s los despropósitos enumerados anteriormente. Es asĆ que queda en evidencia que los buenos resultados son producto de ingentes esfuerzos de los jugadores y cuerpo tĆ©cnico y no de polĆticas deportivas serias que estimulen el desarrollo de nuestros atletas. No sorprende que muchos futbolistas deseen buscar otros horizontes, aĆŗn en campaƱas positivas como la Ćŗltima. Ahora bien, mĆ”s allĆ” de lo previamente expuesto, surge una inexorable pregunta, o varias... ¿Por quĆ©? ¿Por quĆ© siguen manejando el club los mismos dirigentes desde hace mĆ”s de una dĆ©cada? ¿Por quĆ© no se presentan alternativas al oficialismo? ¿Por quĆ© quien dejarĆ” la presidencia seguirĆ” comandando la Mutual, principal acreedor del club, y ademĆ”s continuarĆ” ligado a la subcomisión de fĆŗtbol? ¿Por quĆ© las asambleas son meras formalidades con escasa concurrencia de socios? Estamos seguros que este Ćŗltimo interrogante sea la principal respuesta a las anteriores incógnitas y a todos los dislates antes descritos. Y aquĆ es donde debemos hacernos cargo todos los hinchas, los socios y no socios, incluido quien escribe humildemente estas lĆneas sin mĆ”s afĆ”n que el de pretender el desarrollo y el progreso de Ben Hur. Esta noche se efectuarĆ” una nueva asamblea para “renovar” autoridades. Algo que deberĆa ser primordial, para toda la familia benhurense, casi ni se ha informado desde la institución. Da la sensación de que mientras menos se sepa o difunda, mejor. Seguramente todo prosiga tal como estĆ”. Y los socios, los hinchas, somos responsables. Nadie mĆ”s. Las comparaciones suelen ser odiosas, pero muchas veces sirven para ejemplificar porquĆ© algunos estĆ”n donde estĆ”n, o les va cómo les va. Hace poco mĆ”s de una semana, La Opinión entrevistó al presidente de Libertad, Eduardo Grosso, donde exponĆa la difĆcil situación financiera de los sunchalenses. Lo relevante, mĆ”s allĆ” del sinceramiento institucional de una situación económica complicada, ha sido cómo la dirigencia del CaƱonero decidió mostrar el crucial panorama a sus socios e hinchas. “Siempre de alguna manera la pasión parece desbordar la razón y hoy es tiempo de razonar antes de ponernos pasionales. Por eso citamos a reuniones informativas. El lunes hicimos la tercera, con sondeos de opinión. Fueron mĆ”s de 80 personas, nos puso bien esto, se escucharon opiniones y posiciones”, expresó Grosso en el reportaje. En Ben Hur, en cambio, todo ocurre de una manera diametralmente opuesta. No existen tales reuniones informativas ni convocatoria para que los socios se acerquen para contribuir con la entidad. Todo se resuelve entre gallos y medianoche. De igual forma, los socios e hinchas tampoco hemos exigido aquello y sólo nos conformamos con ir a la cancha para alegrarnos o entristecernos por un resultado deportivo. La asamblea, que esta noche se realizarĆ” en una de las sedes del club (posiblemente en el Centro Cultural de calle San Lorenzo), seguramente proclamarĆ” la continuidad de esta administración. DependerĆ” de nosotros que la dirigencia, la actual y las próximas, lleven a Ben Hur por el buen camino. Porque en definitiva, el club no es de una sola persona o de una familia. El club es de los socios. HagĆ”moslo valer.
No hay comentarios.