Legaria: "Los mejores momentos de mi carrera los viví en Rafaela"
Los títulos obtenidos por el Club Sportivo Ben Hur en la Liga Nacional 2005 y en la Liga Sudamericana 2006 aún permanecen en el recuerdo de todos los hinchas del Lobo y forman parte de las páginas más gloriosas del deporte rafaelino. Para muchos de los integrantes de aquel plantel esos logros fueron el paso inicial para impulsar sus carreras hacia el éxito dentro del básquet nacional.
Este es el caso de Raymundo Legaria, considerado como uno de los mejores jugadores de la Liga Nacional, quien además de ser campeón en la BH consiguió repetir logros en Boca Juniors, Peñarol de Mar del Plata y Regatas de Corrientes (también tuvo paso por la Selección Argentina). El oriundo de Gualeguaychú, una de las piezas claves del equipo dirigido por Julio Lamas y que catapultó a Ben Hur a la gloria nacional e internacional, charló con CASTELLANOS acerca de esa época dorada para el Lobo.
-¿Qué rercordás del día en el que fueron campeones de la Liga Nacional?
-Fue inolvidable. No solo ese último partido sino toda la serie. Cada partido fue especial, por lo que se vivía, tanto dentro como afuera. La gente y toda la ciudad estaban convulsionadas. Habíamos tenido una buena serie y en la final contra Boca nos tocaba jugar de local, donde teníamos la chance de ganar y ser campeones. Sabíamos que enfrentábamos un equipo durísimo, con jugadores de mucha experiencia y que si nosotros aflojábamos un poco eran de temer. En ningún momento les dimos chances para que ellos piensen que podían ganarnos la serie. Dejamos la vida para ganar el partido, para tratar de definir la serie y ser campeones, que era el gran objetivo. Ese día en especial fue impresionante por todo el entorno y por toda la gente. Me acuerdo que el estadio estaba lleno, no cabía un alma. Uno por ahí en ese momento no se dio cuenta de la inmensidad de todo lo que estábamos viviendo.
-¿Cómo se sentía el equipo en la previa al partido consagración ante Boca?
-Teníamos mucha ansiedad y ganas de que empiece ya. Nosotros hasta ahí habíamos tenido una gran temporada y una estupenda serie de finales también, pero todavía no habíamos ganado nada y conseguir el objetivo para nosotros era clave. A su vez teníamos presión porque estábamos con nuestra gente y con la posibilidad de terminar la serie. Del otro lado estaba Boca, con buenos jugadores, y si nosotros no cerrábamos la serie se nos podía complicar. Sin embargo, dentro de la cancha pudimos hacer nuestro juego y ganar el partido. Si bien por momentos se nos complicó, demostramos que el equipo estaba muy sólido, duro de la cabeza y con ganas de ser campeones. Fue un día único y para mí unos de los campeonatos más disfrutados.
-¿Esperaban un resultado tan contundente en la serie?
-No porque más allá de que habíamos tenido una gran temporada y éramos el «candidato», del otro lado estaba Boca, que tenía un gran equipo compuesto por jugadores que ya habían ganado finales. Entonces en la previa pensábamos que iba a ser más pareja, pero el equipo nuestro estaba muy metido, concentrado y enfocado. No teníamos otra mentalidad que salir a la cancha a buscar la victoria. En lo único que pensábamos era en ganar y ser campeones. Respetábamos al rival, pero salíamos a la cancha a pisarles la cabeza. El equipo quería el título, soñábamos con eso y nos preparamos toda la temporada para que así sea.
-¿Qué aspectos destacás de aquel grupo que festejó tanto a nivel nacional e internacional?
-Para nosotros fue fundamental el trabajo de Julio Lamas porque nos mantuvo toda la temporada enfocados, metidos y concentrados para poder llegar al objetivo. Julio nos preparó tanto mentalmente como físicamente para lograr el título, eso fue una de las claves más importantes que tuvimos. Nos hizo sentir a todos importantes, cada uno en su rol y no solamente los cinco titulares, sino que los que entraban desde afuera hacían muy bien su trabajo. Muchas veces ganamos partidos gracias a la «Queca» Storani, a Edu Calvelli o al «Negrito» Saad, que venían desde atrás y eso también fue uno de los factores positivos. Cuando tuvimos la chance de llegar a la final no dejamos ninguna duda y pusimos todo para poder ganar el título.
Ese equipo fue brillante toda la temporada. Jugaba un básquet de alto vuelo y por momentos era imbatible. Así nos sentíamos adentro de la cancha, no subestimando a los rivales sino por la confianza que nos teníamos debido al nivel que alcanzó el equipo. Terminó siendo una temporada fantástica por la obtención del título, pero me parece que en gran parte fue mérito de Julio porque nos mentalizó y nos hizo funcionar a cada uno de la mejor manera para el bien del equipo. Obviamente estuvo el mérito nuestro de sacar lo mejor de cada uno. Nos tocó justo a todos explotar en el mismo momento y por eso fue una temporada espectacular que quedó para la historia y que hasta el día de hoy no pudo ser superada en su récord. Todos nos sentimos importantes y eso es primordial.
También quiero destacar el grupo que se formó, no solo dentro de la cancha sino afuera, y eso es fundamental para tratar de lograr objetivos importantes. En ese grupo éramos todos amigos, nos juntábamos a comer prácticamente todos los días con nuestras familias. Estábamos muy unidos y hasta el día de hoy permanecemos en contacto, nos hablamos y recordamos esas épocas.
No quiero dejar pasar tampoco el trabajo de la dirigencia. Para cumplir los objetivos fueron fundamental las tres patas: dirigentes, jugadores y cuerpo técnico. Tienen que estar bien las tres para poder lograr el objetivo. Eduardo Mohamed a la cabeza (dirigente) no dejaba que nos falte nada y el cuerpo técnico en la parte mental y física era un fenómeno. No solamente eran los jugadores y el entrenador, sino todo el grupo de trabajo.
-¿Cómo te ayudaron esos logros en tu carrera?
-Yo fui un jugador antes y después de ese título. Julio Lamas arribó esa temporada y venía de entrenar al Real Madrid, con todo lo que eso conlleva. También se concretó la llegada Leo Gutiérrez que era un jugador importantísimo para la Liga. El club ya empezaba a apostar diferente porque hasta ese momento tenía un equipo de mitad de tabla y con la llegada de Julio y Leo, las aspiraciones fueron otras. Después éramos jugadores no catalogados como estrellas. Todos esperábamos tener una buena temporada y mejorar lo que se había hecho el año anterior, aunque nadie pensaba que ese equipo podía salir campeón. Tampoco sabíamos cómo íbamos a rendir los demás porque no te garantizaba nada tenerlos a Julio y a Leo, ya que la mayoría éramos jugadores que no habíamos explotado. Después ese año la rompimos todos e hicimos un campeonato impresionante. Yo particularmente era un jugador del montón y tras haber salido campeón de la Liga Nacional mi carrera dio un salto gigante: empecé a ser un basquetbolista considerado por los otros equipos y ya con un nombre. Para Leo fue ratificar su liderazgo, es decir que ahí empezó su dinastía, más allá de que él ya había ganado un montón de títulos en Atenas. Para el resto fue explotar y a todos nos cambió la vida. El título para nosotros fue fantástico y sumamente importante para nuestras carreras.
-¿Qué valores rescatás de tu paso por Ben Hur y Rafaela?
-Mi paso por Ben Hur fue fundamental para mi carrera. Para mí fue como mi segunda casa porque desde el primer día que llegué me trataron fantástico. Arribé con 21 años a jugar el TNA, y durante esa temporada tuve la suerte también de encontrar un grupo maravilloso, donde me trataron de primera y logramos ascender. Los mejores momentos de mi carrera los viví en Rafaela y en Ben Hur. Después tuve la fortuna de cumplir mis sueños de jugar la Liga Nacional y salir campeón. Luego lo coronamos con la Liga Sudamericana que para ese entonces era el torneo más importante a nivel internacional. Yo me hice un nombre y conocido gracias a Ben Hur, y siempre voy a estar agradecido porque el club me dio la oportunidad de mostrarme y vivir de esto. El club está en mi corazón y tengo un cariño especial por los hinchas del Lobo y la gente de Rafaela. Mi hija nació en esa ciudad, así que es importantísima para la vida de mi familia. Además, me quedaron muchos amigos con los cuales sigo en contacto permanente. Fue una etapa muy linda de mi carrera, tanto en lo deportivo como en lo personal, y guardo los mejores recuerdos de Rafaela y Ben Hur.
FUENTE: Castellanos.
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