Fue historia: Daniel Lencinas

Como ya es habitual en esta sección, con cada recuerdo del paso de algún jugador “olvidado” damos rienda suelta para repasar algunas de las campañas de Ben Hur en las últimas décadas. Hoy será el turno de otro don nadie Daniel Pablo Lencinas, quien nos da pie (?) para revivir -aunque sea de manera resumida- el Torneo Argentino “A” 2000/01, un certamen que una vez más comenzó lleno de ilusiones y en el final todo se fue a la mierda derrumbó. Pero antes, como corresponde, empezaremos por la historia de nuestro protagonista. Cuenta la leyenda (?) que Lencinas, más conocido como el Dani Stone en su San Francisco natal, inició su carrera futbolística desde pequeño en el club Deportivo General Savio de la vecina localidad cordobesa. En ese pequeño club de barrio, donde su padre era uno de los fundadores, hizo parte de las inferiores que luego concluiría en Sportivo Belgrano. Su debut en la primera del conjunto Verde se dio en 1993, siendo todavía muy joven. Algo llamativo es que por aquel entonces, el equipo de barrio Alberione participaba de los campeonatos de la Liga Cordobesa de Fútbol -con la lógica presencia de los clubes de la capital mediterránea- y no de los torneos domésticos liguistas. Así el Dani, junto a su hermano Ariel Fernando, formaría parte del plantel que se consagró en el Clausura '94 de la Liga Cordobesa ante el Racing de Nueva Italia. Tres años después, repetiría ganando el Clasificatorio ante Las Palmas en cancha de Instituto. Esa temporada compartió vestuarios con Iván Juárez, quien también comenzaba a dar sus primeros pasos en el fútbol. Lencinas prometía y mucho. Delantero rápido y movedizo, contaba con buenas condiciones técnicas para jugar dentro del área o por afuera. No sabemos cómo y tampoco nos interesa, pero su gran oportunidad para convertirse en futbolista profesional llegó en el segundo semestre de 1997, al ser contratado por Banfield. Tal vez por su juventud, en el Taladro nunca tuvo demasiadas chances y sería transferido a Aldosivi de Mar del Plata, otro equipo que por entonces militaba en la segunda división de ascenso. Pero en la ciudad Feliz corrió la misma suerte y no gozaría de la confianza del entrenador para demostrar sus condiciones. Por consiguiente, a Lencinas no le quedó más remedio que armar las valijas y emprender el retorno a su ciudad. De vuelta en Sportivo Belgrano, el delantero recuperó minutos de juego en el equipo que participó, sin demasiado éxito, en los Torneos Argentino “B” 1999/00 y 2000/01. Mientras tanto, a fines de ese año 2000, Ben Hur se preparaba para una nueva

campaña en el Argentino “A”. Las heridas por el ascenso que se había escapado seis meses antes parecieron cicatrizar. El primer gran cambio estuvo en la conducción técnica, aunque el fetiche de la dirigencia por los entrenadores rosarinos todavía garpaba. Ante la salida del Pelado Sergio Giovagnoli decidieron apostar por Ricardo Palma, histórico DT de Central Córdoba y con experiencia en el Nacional “B”. Como ocurría con cada nuevo entrenador, el Gordo hizo la fácil se trajo desde Rosario a su propio preparador físico -Marcelo Geralnik- y a varios futbolistas falopa que habían militado en los equipos de ascenso de la cuna de la bandera. Desde el Charrúa llegarían el arquero Germán Gassmann, el lateral-volante Adrián Burguéz y los delanteros Ángel Germano y Claudio de Souza Márques, aka Claudinho. A estos se les sumó otro matungo atacante más, desde Argentino de Rosario, un tal Claudio Del Moro. Si con estos nombres el panorama no parecía alentador, con el arribo del volante Lorenzo Garro -surgido en Unión de Santa Fe y de reciente paso por Patronato- y nuestro homenajeado daban ganas de pegarse un tiro en los huevos se completaba una lista de refuerzos que no entusiasmaba a nadie. Eso sí, vale reconocer que la única incorporación acertada de aquel torneo sería la de Cristian Giaccomini, mediocampista ofensivo de Argentino de Las Parejas y las inferiores de Newell's. Todo lo narrado antes se sumó a un comienzo de campeonato decepcionante. El debut fue el sábado 6 de enero de 2001, en el Parque, con un pálido empate 1 a 1 contra Gimnasia y Tiro de Salta (gol de Giaccomini). A esto se le añadió, el fin de semana siguiente, una aplastante derrota por 5 a 2 en Tucumán ante Ñuñorco (otro gol de Giaccomini y uno de Germano de penal). La recuperación llegó de local, justo cuando todos habíamos preparado las gargantas para un concierto de puteadas al Gordo Palma, gracias a un 2 a 0 a Tiro Federal de Rosario (Balmaceda y Barraza desde los once pasos). A partir de allí, la cosa mejoró notablemente y la primera fase terminaría con la BH ganando el Grupo “B” y clasificando para un nuevo Hexagonal por el ascenso. A excepción de Giaccomini y Germano, durante esa primera parte del torneo, ningún refuerzo logró destacarse y tener continuidad en el primer equipo. Para no perder ritmo (?), Lencinas -junto a Garro, Burguéz y Del Moro- alternó en múltiples ocasiones con el plantel liguista conducido por Daniel Veronesse. Al respecto, se recuerda una gran actuación de nuestro protagonista en el triunfo 2 a 0 ante el puntero Atlético, por la octava fecha del Apertura doméstico. Esa noche del miércoles 16 de mayo, el Dani fue titular y anotó el primer tanto del encuentro a los veinticinco minutos del complemento. Es cierto, sólo tuvo que empujarla después de un rebote que dejó Ezequiel Medrán tras un fuerte remate de Diego Muñoz. Unos días más tarde, por la tercera fecha del Hexagonal ante Juventud Alianza de San Juan, Palma volvería a darle una oportunidad. Con Zorzenón lesionado, el Gordo lo eligió para acompañar en la delantera al Negro Balmaceda, ganándole la pulseada a Germano. Si bien el cotejo finalizó con un empate que poco servía, la expulsión de Gaby Veronesse y la igualdad agónica de Andermatten dejó conforme a unos y otros. A pesar de no marcar en el arco contrario, Lencinas tuvo un aceptable primer tiempo y pudo acoplarse bien con Giaccomini. La jornada siguiente, el sanfrancisqueño fue ratificado para jugar en Tres Arroyos frente a Huracán. Esa tardecita pintaba bien, ya que el Lobo se puso al frente con un gol en contra de Darío Hareza (gracias a un centro envenenado del Negro Barraza). Pero en la segunda mitad, José Galván metió un zurdazo inatajable para el Loco Del Carlo y Ben Hur dejó escapar tres puntos claves. A esa altura del torneo, cerca de finalizar la primera rueda de la fase final, el equipo pareció desinflarse. ¿Otra vez sopa? Por eso la victoria 3 a 1 ante Patronato como local, el 10 de junio, fue muy significativa. No sólo porque el Lobo venció por primera vez en la historia a los entrerrianos jugando en Rafaela, sino por el nivel futbolístico y la muestra de carácter del equipo. A la BH le alcanzó la primera media hora de partido para despachar al conjunto dirigido por la Vieja Gerardo Reinoso. Es cierto que el gol al minuto de Barraza simplificó las cosas. Pero no especuló -algo que habitualmente ocurría- y a los 13 minutos nuestro homenajeado escribió su nombre en las redes de barrio Parque Ilolay. Hecho histórico, sin dudas. Poco después, Balmaceda aseguró el resultado más allá del descuento de Brítez gracias un penal inventado por el juez correntino Villanueva. A partir de allí, Ben Hur se probó la pilcha de gran candidato al ascenso. Con el triunfo por 1 a 0 en General Pico ante Cultural Argentino -gol de Veronesse- y la rotunda goleada 3-0 a Gimnasia y Tiro en el sur -Giaccomini, Germano y Balmaceda-, los de Palma se treparon a la punta compartida con Huracán de Tres Arroyos. El Tony Zorzenón ya se encontraba recuperado y el sueño estaba cada vez más cerca. Quedaban nueve puntos en juego y todo indicaba que sería un mano

a mano con los bonaerenses, justamente un rival que tendría que venir a Rafaela en la penúltima fecha. Antes, hubo una parada brava en San Juan ante el escolta Alianza. Fue derrota por la mínima y, como el Globito fue goleado en Salta, la lucha pasó a ser entre tres. Todos igualados en 14 puntos. La tarde del domingo 8 de julio, mientras la Selección Sub 20 jugaba la final del Mundial ante Ghana, la BH tenía su propia finalísima ante Huracán. No había mañana (?). Era ganar o ganar y el arranque, otra vez, no podía ser mejor. A los seis minutos del comienzo, Balmaceda desbordó por la izquierda a la defensa visitante y metió un centro atrás, el Tony la paró y descargó para que Giaccomini -de frente al arco de Rómoli- clave un zurdazo fenomenal con la cara interna del pie. Un go-la-zo. "Veo veo, ¿qué ves?, una cosa, ¿qué es?, que este año nos vamos a la B para coger al Celé..." era el hit que retumbaba desde los tablones del arco sur. Era todo una fiesta. Durante el primer tiempo el Lobo despilfarró varias situaciones para sentenciar la historia. Para colmo, sobre el final de esa primera parte, el cordobés Carlos Soto hijo de un camión lleno de putas expulsó a Vaca por simular una falta dentro del área. El impacto fue rotundo y el equipo se llenó de dudas. En el complemento se invirtieron los roles y nació otro partido. Lleno de temores, el Gordo Palma sacó a Barraza y apostó por Burguéz para contener el medio pero la visita se adueñó de la pelota y el trámite. Nada se modificó cuando Soto intentó compensar echando a Galván y ambos quedaron diez contra diez. Ben Hur había perdido la brújula y a los veinticuatro llegó la hecatombe, la debacle total. Una seguidilla de hechos bochornosos que involucran a jugadores, árbitros e hinchas. Jorge Izquierdo avanzó desde su campo y, al llegar a la medialuna, metió un zapatazo desde afuera del área inatajable para Del Carlo, estampando la igualdad. Ya totalmente descompensado, el Lobo buscó sin ideas el triunfo. Palma dispuso de los dos últimos manotazos de ahogado cambios (Germano por Giaccomini y Andermatten en lugar de Garro) pero el equipo ya no tenía respuestas anímicas. Así llegó el último mazazo a quince del final. Otra vez Izquierdo escaló por la derecha como si estuviese en el patio de su casa y metió de puntín un centro rasante al área chica para que el Novillo García la empuje casi en la línea. La fiesta del primer tiempo se convirtió en funeral, siendo Lencinas un espectador de lujo desde el banco de suplentes. Sólo quedó tiempo para la expulsión de Restelli en el descuento. Al término del encuentro la bronca desbordó a todos. Apenas la policía abrió los portones, la Barra del Sur fue a patearle la puerta del vestuario a la terna arbitral. La cosa no terminaría ahí. Con la salida del puñado de hinchas visitantes, se armó una batalla campal en Avenida Williner. Lluvia de piedras, botellas y demás objetos voladores no identificados. Era el final menos pensado. Una de las derrotas más dolorosas del fútbol benhurense. Otra vez el ascenso se esfumó en un abrir y cerrar de ojos. Con la certeza de que era el final de ciclo para varios, incluido el técnico, Ben Hur cerró su participación una semana más tarde en Paraná con un mix de titulares, suplentes y juveniles. Lencinas tuvo la oportunidad de despedirse jugando los noventa minutos. Fue un 2 a 2 con Patronato con el lacerante karma de desperdiciar una ventaja de dos goles (Zorzenón fue el autor del primero y Barraza, de penal, aumentó). El Dani redondeó (?) un buen partido, siendo protagonista principal por la falta que le

cometieron y que derivó en la pena máxima que ejecutó el Negro. Después de esta amarga despedida, Lencinas dio el gran salto de proseguir su carrera en el exterior. ¿En la Premier League? ¿La Bundesliga? ¿La Liga Española? Nada de eso. Su destino fue Qatar primero, Malasia, Indonesia y el ascenso italiano, más tarde. Solo Dios o Alá saben cómo le fue por esos exóticos lugares. Su retorno al país, como no podía ser de otra forma, fue a Sportivo Belgrano. Jugó el Argentino "B" 2007/08 siendo uno de los protagonistas de los violentos incidentes entre el equipo cordobés y el Deportivo Maipú de Mendoza. A raíz de la golpiza que le propinaron a los cuyanos, Domizzi -entonces DT del Verde- fue sancionado con un año de inhabilitación, mientras que Lencinas y otros seis compañeros recibieron 30 fechas de suspensión. Tranqui los nenes eh...  Todavía en San Francisco, en 2009 formó parte del plantel que disputó el Argentino "A" y compartió zona con la BH, aunque no estaría en ninguno de los dos cotejos jugados entre ambas instituciones. Un año después, se fue a Mendoza para seguir cagándose a piñas junto al Pájaro Domizzi y Mauro Goette. Disputó un nuevo Argentino "B" con Guaymallén y descubrió su verdadera vocación (?): la venta de vinos. "Hoy en día me dedico a vender vinos, paso el tiempo vendiendo vinos. Es un emprendimiento personal. Cuando estuve en Mendoza me hice amigo de personas bodegueras”, explicó en una entrevista. Pero antes de dedicarse a full al tinto, colgó los botines en la Liga Regional de San Francisco jugando para 9 de Julio Olímpico de Freyre en la temporada 2013/14. Te vamos a extrañar Dani... Dijo nunca nadie.