Fue historia: Claudio Lacosegliaz


En el mundo del fĆŗtbol, hay apellidos que se encuentran en el olimpo (?) del baldoserismo absoluto. La dĆ©cada del '90 ha sido una fuente inagotable de estos exponentes, que conjugaron la peculiar sonoridad de sus nombres con el fugaz Ć©xito que tuvieron en sus carreras deportivas. AsĆ­ fue como los Onaindia, Malvestitti, Priseajniuc, Guendulain o Kalujerovich, entre otros, fueron grabĆ”ndose en la memoria del futbolero. Y entre ellos deberĆ­a estar, sin lugar a dudas, el nombre de Claudio Rafael Lacosegliaz, uno que vistió desgraciadamente nuestro manto sagrado. Sus raĆ­ces italocroatas le daban el aura justa para ser catalogado un baldosero premium, ya que sus carencias futbolĆ­sticas maridaban muy bien con su particular apellido. Nacido el 21 de febrero de 1975 en Mar del Plata, comenzó a jugar desde pequeƱo en el club Talleres de su ciudad natal. Pero su vida cambió el dĆ­a de su cumpleaƱos nĆŗmero 18, cuando dejó La Feliz para probar suerte en LanĆŗs. “Me vine desde Mar del Plata con dos amigos mĆ”s. Yo era 9 de Ć”rea y uno de ellos tambiĆ©n, asĆ­ que me probĆ© como volante por izquierda. Me vio el Toro Raffo, que era una especie de delegado de Inferiores, y fui el Ćŗnico que quedó. Me fui unos dĆ­as a mi casa, me despedĆ­ de mi familia, armĆ© la valija y me vine a vivir al club, abajo de la tribuna. AhĆ­ compartĆ­ pensión con chicos que despuĆ©s llegaron: el Panza BressĆ”n, Pieters, Salomón, Coria. Anduve bien en Quinta y en Cuarta, pero cuando pintaba para algo mĆ”s hubo algo que, para mĆ­, un poco me terminó jodiendo la carrera: la colimba”, describió en una entrevista al diario OlĆ©. A pesar de las complicaciones que tuvo para entrenar y realizar el servicio militar -por entonces obligatorio-, Lacosegliaz logró debutar en la Primera División del fĆŗtbol argentino. Fue el 26 de mayo de 1996, por la undĆ©cima fecha del Torneo Clausura, en la goleada del VĆ©lez de Bianchi 5 a 1 sobre el conjunto del sur del Gran Buenos Aires. CĆŗper lo mandó a la cancha sobre el final cuando el partido ya estaba liquidado a favor del FortĆ­n. Sin embargo, reciĆ©n en el segundo semestre de aquel aƱo tendrĆ­a algo mĆ”s de continuidad, sobre todo participando de la Copa Conmebol que finalmente ganarĆ­a el Granate. Fue titular en tres encuentros, los dos correspondientes a cuartos de final ante GuaranĆ­ de Paraguay y en la semifinal de vuelta en Rosario frente al Ćŗltimo campeón Central. AdemĆ”s ingresó en el partido de ida de octavos contra el BolĆ­var en La Paz (reemplazó a Walter Coyette) y en los dos cotejos definitorios ante Independiente Santa Fe de BogotĆ” (sustituyó a Coyette en la ida y en Colombia jugó los Ćŗltimos diez minutos en lugar del CaƱo Ariel Ibagaza). ParecĆ­a que su carrera se afirmarĆ­a en la Ć©lite del fĆŗtbol grande, pero nada de esto sucedió. SegĆŗn sus palabras, cuando a mediados del '97 se le venció el contrato, su representante le pidió a la dirigencia del Grana demasiada guita para la renovación y LanĆŗs prefirió pegarle una patada en el orto dejarlo libre. El mĆ”nager le prometió el oro y el moro (?) pero la Ćŗnica oferta concreta que llegó fue de Cipolletti de RĆ­o Negro, por entonces en la vieja Primera “B” Nacional. Era agarrar eso o volverse a Mar del Plata a vender churros en la playa Bristol. AsĆ­ fue como se tomó un VĆ­a Bariloche para transformarse en compaƱero de Emilio Kalujerovich, los hermanos Eduardo y AnĆ­bal Iachetti y Mariano Toedtli, entre otros ilustres. Pero la campaƱa del albinegro no fue la mejor. El conjunto patagónico finalizó duodĆ©cimo en la Zona Interior -en la primera fase- y en la Zona Permanencia terminó segundo, conservando la categorĆ­a pero sin poder clasificar al reducido por el segundo ascenso. Lacosegliaz tuvo mucha continuidad, primero bajo el mando del Toti Iglesias y luego con DarĆ­o Tempesta, disputando 37 de los 44 partidos de la temporada y anotando dos goles: uno en el 2 a 2 con San MartĆ­n de TucumĆ”n y otro a Douglas Haig en la goleada 3 a 0, ambos encuentros jugados como local. Sin embargo, en Cipolletti decidieron pasar la escoba y uno de los borrados para el siguiente torneo serĆ­a justamente nuestro homenajeado. Esa misma temporada, la segunda en el Torneo Argentino “A”, Ben Hur habĆ­a tenido un rendimiento irregular sin poder superar la fase inicial. A pesar de esto, la dirigencia ratificó a HĆ©ctor Rudi Viotti y decidió incorporar algunos futbolistas con presente reciente en el Nacional "B". Los refuerzos serĆ­an pocos, uno por lĆ­nea, pero con jerarquĆ­a (?). El cĆ©lebre y rĆŗstico defensor Abelardo Eliseo Vallejos, alias el Karateca, llegarĆ­a procedente de Godoy Cruz de Mendoza, retornando a la ciudad (en los 80 habĆ­a jugado en 9 de Julio y Sportivo Norte) despuĆ©s de una extensa trayectoria en la Primera División que incluyó al Deportivo MandiyĆŗ de Corrientes, Racing Club de Avellaneda y Platense. Como enganche y para la creación de juego arribó Marcelo Orlando Varela, desde Chaco For Ever de Resistencia. El oriundo de Charata habĆ­a tenido un torneo muy bueno pero que no alcanzó para que su equipo conserve la categorĆ­a. De hecho, el ChaqueƱo marcó uno de los goles de For Ever en la derrota 4 a 3 ante Douglas en cancha de AtlĆ©tico, por el desempate para ver quiĆ©n descendĆ­a al Argentino "A". Por su parte, Edgardo Comini Borda, un delantero rafaelino que hizo inferiores en Independiente de Avellaneda y luego recorrió varios clubes del ascenso metropolitano (Dock Sud, Claypole, San Telmo, Talleres de Remedios de Escalada, Temperley y Sarmiento de JunĆ­n), pelearĆ­a por un puesto en el ataque junto al Tony Zorzenón, el Negro Barraza, Diego Trinchieri y Samuel Ingaramo. El Ćŗltimo en la lista serĆ­a nuestro protagonista de hoy, el mediocampista Claudio Lacosegliaz. El domingo 22 de noviembre de 1998 fue el estreno ante ƑuƱorco por la primera fecha de la Zona "A". Viotti lo puso como volante derecho pero su actuación, como la de todo el equipo, fue discreta aquella tarde en TucumĆ”n. Fue derrota 2 a 1, por los goles de CĆ©sar Zelaya y Claudio AlĆ­ para el local, y el tanto de Zorzenón para el Lobo. Luego llegó una seguidilla de tres empates, dos de ellos de manera consecutiva en el Parque (1 a 1 ante Belgrano de Santa Rosa por el Interzonal y 0 a 0 contra Estudiantes de RĆ­o Cuarto) y el restante en Santiago del Estero frente a Central Córdoba (igualdad en uno). Esa magra cosecha de tres unidades sobre doce puntos posibles comenzó a desgastar la continuidad de Rudi Viotti al frente del equipo. En el Ćŗltimo partido del aƱo 98 (20 de diciembre) llegó la reacción esperada. Con un doblete de Barraza, un tanto de Andermatten y otro del Caco Fasano, la BH goleó como local 4 a 0 a Barraca de Paso de los Libres con una producción que ilusionaba. El 99 prosiguió la levantada con un triunfazo contra Patronato en ParanĆ” por 2 a 1 (Trinchieri y Barraza) y asĆ­ alcanzó la segunda posición del grupo, a un punto de General Paz Juniors, su próximo rival. Ante los cordobeses, en el sur de la ciudad, se dio otro partidazo con un 2 a 2 final que conformó a ambos. Pero a partir de allĆ­, otra vez el equipo sufrió un bajón que le terminarĆ­a costando el puesto a Viotti. Primero con otro empate en dos como local contra ƑuƱorco, en el cual iba ganando cómodo 2 a 0 (goles de Barraza y Zorzenón) y los tucumanos empardaron en el tercer minuto de descuento a travĆ©s de un penal de Zelaya. Y despuĆ©s con dos caĆ­das pesadas como visitante: 0-1 en La Pampa ante General Belgrano (gol de Patricio Mac Allister, hermano del colorado mufa) y 0-2 en RĆ­o Cuarto contra Estudiantes (Emanuel Zunino y Ariel Dolso los tantos del conjunto celeste). AsĆ­, el Lobo habĆ­a pasado de ser escolta a quedar a seis unidades del puntero y quinto en la tabla de posiciones. Los dirigentes no tardaron en llamar al rosarino Sergio Adolfo Giovagnoli, ayudante de campo de Jorge el Indio Solari en Aldosivi, para asumir la dirección tĆ©cnica del equipo en las Ćŗltimas cuatro fechas. El problema ahora tambiĆ©n pasaba por sumar puntos para escaparle al descenso. El primer escollo fue Central Córdoba de Santiago del Estero como local y el sufrido triunfo 3 a 2 volvió a poner en carrera a la BH y en zona de clasificación. Pero todo fue un espejismo. Los dos cotejos siguientes Ben Hur retornó a una irregularidad alarmante. En Corrientes perdió 2 a 1 con Sportivo Barraca y en Rafaela no pasó del empate en cero contra Patronato. Para la Ćŗltima fecha, pasar de fase era casi un milagro y el partido era un fierro caliente. Primero habĆ­a que ganarle a Juniors -el puntero de la zona- en Córdoba y esperar que Barraca y Patronato no ganen sus cotejos. AdemĆ”s no habĆ­a que perder de vista lo que hicieran ƑuƱorco y Central Córdoba en la lucha por el descenso (ambos a sólo dos unidades del Lobo). Giovagnoli paró a tres en el fondo -Dagatti, Emmert y Vallejos- y armó una lĆ­nea de cinco volantes para intentar ganarle el mediocampo al conjunto muletto de Juniors. Sin embargo, todo salió al revĆ©s, por lo menos durante gran parte del primer tiempo. Los suplentes locales eran los que atacaban y Ben Hur se mantuvo replegado aguardando alguna contra. Cerca de cumplirse la media hora, Lacosegliaz tuvo una gran chance para abrir el marcador, aunque Antolini le ahogó su primer grito con la casaca benhurense. Y entonces, cuando se morĆ­a esa primera mitad, llegó el remate del pibe Cristian Moya que superó a Daniel Wenetz y estampó el 1 a 0. Baldazo de agua frĆ­a y ahora a prender la radio para ver que pasaba con los de abajo. En el complemento la BH pareció mejor plantado, con Varela agarrando la manija y el Tony Zorzenón inquietando el fondo del Albo. Pero otra vez las desconcentraciones defensivas de la visita las aprovechó Moya para anotar su doblete antes de cumplirse los diez minutos. Lo Ćŗnico que traĆ­a algo de tranquilidad al banco de suplentes rafaelino, era saber que los santiagueƱos estaban siendo goleados en Corrientes y prĆ”cticamente sentenciados al descenso. Inmediatamente, el dolape Giovagnoli acertó reemplazando al Negro Barraza por Samuel Ingaramo. El delantero vilense descontó a tan sólo ocho minutos de haber ingresado con un remate bajo inatajable y, a diez del epĆ­logo, con un frentazo formidable selló el 2 a 2 salvador. Antes del pitazo final, en tiempo adicionado, el manotazo de Wenetz al disparo de Britos evitó una nueva y humillante derrota. Ben Hur terminó respirando aliviado, sabiendo que conservó la categorĆ­a raspando. Para Lacosegliaz esos fueron sus Ćŗltimos 75 minutos (fue sustituido a los treinta del segundo tiempo por Fasano) vistiendo la camiseta del Lobo.
Lacosegliaz en LanĆŗs, Cipolletti, Banfield (MdP), Aldosivi y Alvarado.
Lacosegliaz en LanĆŗs, Cipolletti, Banfield (MdP), Aldosivi y Alvarado.

Su paso no fue malo, siendo titular en la mayorĆ­a de los encuentros disputados, pero no logró destacarse en el flojo andar de un equipo ciclotĆ­mico. Giovagnoli no quiso retenerlo y casi sin pena ni gloria retornó a Mar del Plata. AllĆ­ reaparecerĆ­a jugando como delantero en Banfield, tanto en la liga marplatense como en los torneos Argentino "B" 99/2000 y 2000/01, donde llegó a enfrentarse al Tigre de Santo Pipó de Carlos Vicente. Sus buenas actuaciones despertaron el interĆ©s de Aldosivi, volviendo a disputar el Argentino "A" (2000/01) con Alejandro Giuntini como DT. En el Tiburón jugó otra vez de volante (por derecha, izquierda y hasta de doble 5) y marcó un gol ante la CAI de Comodoro Rivadavia por la segunda fecha. La campaƱa del conjunto del puerto terminó siendo muy floja, salvĆ”ndose del descenso en la Ćŗltima fecha. El karma lo perseguĆ­a (?). Unos meses despuĆ©s, Lacosegliaz hizo la icardeada del aƱo y se cruzó de vereda para ponerse la pilcha de Alvarado, similar a la azul y blanca de la BH. En el Torito marplatense disputó el Argentino "B" 2001/02, el The Last Dance de su carrera. El 17 de febrero de 2002 jugó su Ćŗltimo partido -anotando un gol-, en la goleada 3 a 0 ante Liniers de BahĆ­a Blanca, encuentro con poco en juego ya que su equipo estaba sin chances de proseguir en la competencia. "Me retirĆ© el dĆ­a que supe que nunca mĆ”s me iban a pagar por jugar. TenĆ­a 27 aƱos. A los 22 habĆ­a sido campeón con LanĆŗs", recordó en su entrevista de 2018 a OlĆ©. Su trayectoria en el fĆŗtbol pasó -casi sin escalas- de las luces del profesionalismo a terminar en lo profundo del amateurismo en un lapso de sólo cinco aƱos. Hasta logró levantar una copa internacional. Cuando regresó a Mar del Plata, tras su paso por Ben Hur, llegó a trabajar de carpintero (haciendo paletas y tejos para la playa), electricista junto a su padre y en una empresa de pescados (mantenimiento, carga de hielo y tratamiento de anchoĆ­tas...). MĆ”s allĆ” de todo esto, el fĆŗtbol le dio su recompensa. Desde 2004 el club que lo formó, LanĆŗs, le brindó un puesto como control los dĆ­as de partido en el estadio La Fortaleza. QuizĆ”s no recordemos tanto sus dotes futbolĆ­sticos, lo que sĆ­ quedarĆ” en la memoria de todos es su peculiar y excĆ©ntrico apellido.

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